Todos están conscientes de que son cientos de toneladas de basura los que pueden llegar a verse en los vertederos, y en todos ellos se puede observar una importante cantidad de botellas de vidrio, elemento que sabemos que tarda cientos de años en ser absorbido por el planeta.

Reciclar estas botellas se convirtió en una opción, de manera de poder convertirlas en un producto potencialmente útil a la sociedad, además de reducir la cantidad de desechos que se procesan de manera convencional.
Después de vaciarlas, no se sabía que otro uso darles hasta que en el Bourns College of Engineering de la Universidad de California, un grupo de excelentes investigadores conformado por nueve personas dedicadas, trabajaron en este significativo proyecto fomentado por Cengiz y Mihri Ozkan. En este proyecto tomaron un lote de botellas sin uso y no pararon hasta lograr convertirlas en impresionantes baterías totalmente útiles para el mundo entero.
Ellos separaron de su dióxido de silicio en nano partículas puras de silicio, creando así baterías de ion de litio de alto rendimiento. Frecuentemente, los científicos aplican sus conocimientos sosteniendo el desarrollo de la sociedad, y esta batería es prueba de ello, iniciada a partir de desechos, que al no ser utilizados terminarían en un vertedero.
A pesar de conocer bien su primera función, no se esperaba que estas baterías cargaran rápidamente y que fueran más estables que las que se conocen tradicionalmente, siendo una opción favorable en cuanto a tecnología se refiere.

Se comprende claramente que el grafito que contiene una batería tradicional ahora es sustituido por los ánodos de silicio, y tras comprobar algunos rasgos de inestabilidad en los ánodos, estos han sido reducidos a nanoescala y mezclados con una gran porción de dióxido de silicio puro y reacciones químicas accesibles en cuanto a costos se refiere.
Este proceso tiene tres pasos:
- Reducir las botellas de vidrio a polvo muy fino.
- Modificar el dióxido de silicio en nano estructuras.
- Recubrir las nano partículas en carbono para que estas obtengan estabilidad y a su vez estén facultadas para almacenamiento de energía.
A su vez, se demostró que con tan solo una botella de vidrio se puede logra conseguir cinco baterías de celdas, lo que equivale a cientos de pilas de botón. Este ingenioso descubrimiento garantizaría la amplificación de vehículos electrónicos e híbridos, además de lograr ahorrar la energía de teléfonos móviles y portátiles.
Estas baterías tienen un alto grado de estabilidad debido a la combinación del dióxido de silicio en su interior, y como consecuencia, su reacción química es de bajo costo.
A su vez, estas baterías de iones de litio almacenan mucha más energía que una batería de ánodos de grafito tradicional, son más sostenibles, se cargan mucho más rápido y su carga dura más que cualquier otra.
Cada día se hace más importante la disposición que las personas tienen acerca de reciclar las botellas, y a partir de este proceso se han aprovechado todos sus componentes, reutilizándolas y dándoles un uso que logra evitar el grave problema de contaminación.